jueves, 11 de agosto de 2011

Mi dosis de felicidad diaria.


Lo que más me gustaba era cuando estabamos en aquella habitación, cuando los dos cerrabamos los ojos, y luego él los abría sólo para verme dormir, cuando se pensaba que yo no sabía que me estaba mirando mientras mis ojos estaban cerrados, cuando se pasaba el tiempo viendome abrazado junto a él.. No niego que yo tampoco haya echo eso, es inevitable. Era mirarle , y no me salía otra cosa que sonreir de felicidad. No sé si era un capricho , no sé que era, no lo sé...solo sé que era mi felicidad diaria.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario